Los tatuajes pueden ser una expresión personal, pero ¿qué le hace toda esa tinta a tu cuerpo?
Los tatuajes implican inyectar tinta en la capa de la dermis de la piel mediante agujas. Si bien la seguridad de la tinta para tatuajes está regulada en muchos países, no es raro que ciertos pigmentos contengan metales pesados. Estos metales pueden incluir plomo, cadmio, cromo, níquel y otros, según la composición de la tinta.
Cuando se inyecta en la piel tinta para tatuajes que contiene metales pesados, existe la posibilidad de que estos metales ingresen al torrente sanguíneo y se acumulen en varios órganos y tejidos del cuerpo, incluidos el hígado, los riñones y los ganglios linfáticos. Esta acumulación puede provocar potencialmente problemas de salud con el tiempo.
La exposición a metales pesados de los tatuajes puede variar dependiendo de factores como el tamaño y la cantidad de tatuajes, los colores utilizados y factores individuales como el tipo de piel y el metabolismo. Si bien el riesgo de efectos adversos de los metales pesados en la tinta para tatuajes generalmente se considera bajo, sigue siendo una preocupación, especialmente para personas con afecciones preexistentes como alergias o sistemas inmunológicos comprometidos.
Los síntomas de la intoxicación por metales pesados pueden incluir irritación de la piel, reacciones alérgicas, inflamación crónica y, en casos graves, daño a órganos como el hígado y los riñones.